La localidad de Jorge Canning lleva su nombre en homenaje al estadista inglés, primero en reconocer la independencia argentina y quien estableció relaciones diplomáticas con nuestro país. Se considera fundada el 8 de febrero de 1911.
Esta fecha coincide con la habilitación de su estación ferroviaria mediante la ley Nº 4.417, por aquel tiempo a cargo del Ferrocarril General en la Provincia de Buenos Aires.
En 1911 la zona de Jorge Canning se caracterizaba por ser pleno campo, con el establecimiento de algunas pocas estancias y chacras.
Esta localidad perteneció en su área total al partido de Esteban Echeverría, desde 1913 a 1994, cuando el distrito tuvo 390,09 Km2. El 30 de octubre de 1994, por mandato de la ley provincial Nº 11.550, Jorge Canning quedó dividido en dos partes por la línea que forma la ruta provincial Nº 52, llamada Dr. Profesor Mariano Rafael Castex. Una de ellas, Canning Sur, pertenece desde entonces al distrito de Ezeiza, creado por la disposición antes mencionada. La otra mitad desde entonces pertenece a el partido de Esteban Echeverría. Esta fecha coincide con la habilitación de su estación ferroviaria mediante la ley Nº 4.417, por aquel tiempo a cargo del Ferrocarril General en la Provincia de Buenos Aires.
En 1911 la zona de Jorge Canning se caracterizaba por ser pleno campo, con el establecimiento de algunas pocas estancias y chacras.
Según el último censo, contaba con 8.960 habitantes (INDEC, 2001). De los cuales 6.442 se encontraban en Esteban Echeverría y 2.518 en Ezeiza.
Muy interesante. Desconocía que Canning fue "dividido" y hoy pertenece a dos partidos distintos. Curioso, ¿no?
ResponderEliminarEl otro dia discutia este tema con mi suegro, a qué partido pertenece Canning. Y con esta breve reseña que acabo de leer me doy cuenta que los dos teniamos razon... Ja !
ResponderEliminarque hermosos recuerdos tengo de Canning.
ResponderEliminarIbamos en bici con mi hermano menor de muy chicos, a la hora de la siesta.
Cómo cambia todo....
Campo lleno de pájaros y cardos....
nos recostábamos a la sobra de algún árbol y mirábamos el cielo ezeicino.